martes, 12 de octubre de 2010

Elle (deuxième partie)

Todo comenzó (bueno, no todo, sólo esto que escribo) una de esas noches en las que llego a mi casa y como buen adicto, antes de comer y cambiarme, prendo la compu y me sumergo en la 'vida virtual'. Parecía una noche cualquiera de messenger, facebook y leer blogs musicales en búsqueda de alguna banda que me agrade y escucharla hasta el cansancio. Una repetición más de esa rutina que he construido desde un tiempo para acá. No mentiré, no recuerdo mucho de ese día pero lo que no olvido es la solicitud de amistad que me envió y mi sorpresa al darme cuenta de quién se trataba. No olvido que observé algunas de sus fotos y después de constatar que sí era ella... la acepté.

Al principio no pasaron de algunos comentarios, una mini 'conversación' en el horrible chatsito del facebook y así fue durante unos días. Hasta que llegó el día en que me saludó en la escuela. Estaba leyendo en la bardita cuando de pronto vi que se acercaba hacia mí, no sé que sentí pero los nervios aparecieron y creo que hasta hice gestos extraños, jajajaja. Ella se acercó, me saludó y me dio una paleta -que ahora guardo junto al dulce de Austin TV- y también noté un poco de nerviosismo y extrañeza en ella: pienso que la primera vez que te acercas a alguien que no conoces, a saludarlo por primera vez, y sobre todo si se trata de alguien como yo, actuas con reserva.

Posterioremente, y gracias a un poema de Baudelaire, se dio la oportunidad de vernos y aunque sólo fue un rato corto, algo comenzaba ya, lo sabía, lo sentía. Incluso me atreví a leerle en mi mal francés 'Sed non satiata' y le regalé una copia. Caminamos un poco hasta la enfermería, donde se encontraba su (ahora ex) amigo, pues ambos habían ayudado minutos antes a una señora que tropezó, cayó y se lastimó. El encuentro duró poco y ella me dijo que debía irse, así que caminamos un poco más y los tres nos despedimos. Más tarde, en compañía de algunos amigos con los que fui al antro cultural y recreativo conocido como 'El Tercio', ocurrió una experiencia desagradable que no mencionaré porque no lo deseo.

De ese día a la fecha ha transcurrido poco más de una semana... y los momentos juntos han continuado. Me ha regalado un chocolate, ha compartido su tiempo, su humor, sus risas, abrazos y clases 'perdidas'. No me siento culpable de fomentar su inasistencia aunque sí un poco de las constantes desveladas... pero ha valido la pena, lo vale. No sé porque pero a su lado siento algo, me siento bien y pienso frecuentemente en ella. El viernes pasado pasamos 4 horas juntos que transcurrieron demasiado rápido. Han sido de esos momentos en los que te sientes tan bien, donde compartes, donde dejas de ser y existes por ti, para ti y para alguien más. Quizá exagero pero no lo creo, en verdad que no. Trato de ser sincero y expresar lo que siento y pienso. No sé cuál sea la reacción que genere este escrito en ella, pero quería y debía hacerlo.



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