martes, 26 de octubre de 2010

Elle me connaît déjà !!! (comme la chanson d'Austin TV bien qu'avec un petit changement d'un sens négatif à un positif)

No sé por dónde comenzar... este mes ha sido agradable y sorprendente: conocerte, tener que dar una ponencia en el ENEH, tener cita con Fernando Betancourt (espero que mi futuro asesor de tesis) y la noticia familiar que en diciembre -de nuevo nos cambiaremos de casa. Así que este fin de año trae buena pinta y ojalá así siga. Y si no es así... pues no habrá sido así y ya; aunque con esa cuestión de que lo única certeza que tenemos a ciencia cierta es la incertidumbre (o al menos esa idea le compré a Wallerstain, quien la sacó de no recuerdo cuál autor de nombre y apellidos complicado) la vida, al parecer, mantiene esa chispa de sorpresa, esa impredecibilidad que le confiere lo maravilloso y lo dramático a nuestra existencia (¡Ay wey! Ni yo me creí eso). Bueno ya, al final la vida no es sino aquello que decidimos que sea, de la manera que sea y con nuestra teleología favorita, sin olvidar el contexto que determinó nuestra percepción y aprehensión del mundo, así como la libertad que poseemos para, en última instancia (o la anterior a ésta, etcétera) elegir -por decisión u omisión- aquello que queremos o podemos querer, o deseamos querer o creemos desear. Sí, lo sé, me hago bolas, doy muchas vueltas y al final, digo poco o nada. En fin... el simple hecho de sacar esto que da vueltas en mi mente (si es que eso real y verdaderamente pudiera pasar) es placentero y relajante.

Ahora bien, volviendo con lo de conocerte, la frase que más atino para esta situación es la de "tú me haces sonreir". Y es verdad. Y no me refiero a la risa ante algo divertido (aunque es divertido estar contigo), tampoco a la burla (aunque nos burlemos a cada rato y me digas aborigen, criticón, extraño, posmoderno y desquitador), ni a la risa sarcástica e irónica sino a una sonrisa generada por la alegría de verte, estar contigo, escucharte, abrazarte, pensarte, escribirte, esperarte y más verbos que no recuerdo por el momento. Eso es lo que experimento cuando algunos de esos verbos ocurre: sonrío. Todavía más cuando estoy contigo. Aunque a veces esa sonrisa se torna en emoción y pena (en el sentido de nerviosismo, más vale aclarar). Pero así es, cuando tus ojos se posan sobre mí, además de observarlos y darme cuenta de lo bellos que son (bien que sur Le petit prince on disse que "l'essential est invisible par les yeux"), algo me ocurre, algo me recorre el cuerpo y provoca esa sonrisa -que ya varios me han señalado- y esa expresión tonta (dicen) en mí. Jajajaja.

Esos momentos que hemos pasado juntos me han gustado y gustan como no tienes idea. Verte de lejos, acercarte, con tu andar desenfadado, tus grandes y bellos ojos y con tu sonrisa característica, me genera una emoción verdadera. Después, cuando nos saludamos y abrazamos; cuando conversamos y bromeamos; cuando digo algo que te hace enrojecer y entonces tapas tu cara y/o te volteas. Cuando caminamos por la escuela. La vez que fuimos al cine e inventabas historias con los personajes; o los pésimos comentarios 'humorísticos' que hacía durante la película. Los chocolates que me has obsequiado y que han alegrado y endulzado viajes, clases y películas. Esos viernes, donde entras a las 5 pm. a tu clase de las 4:00, en los que el tiempo transcurre -literalmente volando- entre risas y palabras, abrazos y miradas, malos (a veces buenos) alimentos y buena compañía. Sin olvidar los mensajes recibidos y las frases leídas, esas 'conversaciones'escritas que duran horas hasta bien entrada la mañana; desvelos que se disfrutan despierto o en mis sueños. El olor que desprendes, que posees, que me atrapa y me invita a no separarme; tu voz de niña que con tanto gusto escucho y esa risa que contagia, a mí y al ambiente.

¡Ni qué decir de aquella vez cuando nuestros labios se juntaron, cuando respondiste tiernamente a ésa mi continua insistencia! ¡Pero cómo no hacerlo si al verte lo deseo, si al sentirte lo intuyo y al hacerlo yo vuelo! Y aunque ése sea sólo uno de los momentos a tu lado, de los recuerdos y experiencias que poseo, c'est l'un des meilleurs! C'est l'un des (comme dit la chanson de Folie à Trois sur les baisers) choses qui seulement a durée secondes mais elle a laissée en ridicul à tous les mots du monde! Bien que j'amuse tellement chaque moment avec toi Eliza. Je ne sais pas déjà ce que écrire plus... Il sont 4 hr. du matin et je dois partir dormir. Au revoir!


Et comme je t'avais écrit il y a un moment: Tu es si belle comme les étoiles et la lune que j'admire chaque nuit!


martes, 12 de octubre de 2010

Elle (deuxième partie)

Todo comenzó (bueno, no todo, sólo esto que escribo) una de esas noches en las que llego a mi casa y como buen adicto, antes de comer y cambiarme, prendo la compu y me sumergo en la 'vida virtual'. Parecía una noche cualquiera de messenger, facebook y leer blogs musicales en búsqueda de alguna banda que me agrade y escucharla hasta el cansancio. Una repetición más de esa rutina que he construido desde un tiempo para acá. No mentiré, no recuerdo mucho de ese día pero lo que no olvido es la solicitud de amistad que me envió y mi sorpresa al darme cuenta de quién se trataba. No olvido que observé algunas de sus fotos y después de constatar que sí era ella... la acepté.

Al principio no pasaron de algunos comentarios, una mini 'conversación' en el horrible chatsito del facebook y así fue durante unos días. Hasta que llegó el día en que me saludó en la escuela. Estaba leyendo en la bardita cuando de pronto vi que se acercaba hacia mí, no sé que sentí pero los nervios aparecieron y creo que hasta hice gestos extraños, jajajaja. Ella se acercó, me saludó y me dio una paleta -que ahora guardo junto al dulce de Austin TV- y también noté un poco de nerviosismo y extrañeza en ella: pienso que la primera vez que te acercas a alguien que no conoces, a saludarlo por primera vez, y sobre todo si se trata de alguien como yo, actuas con reserva.

Posterioremente, y gracias a un poema de Baudelaire, se dio la oportunidad de vernos y aunque sólo fue un rato corto, algo comenzaba ya, lo sabía, lo sentía. Incluso me atreví a leerle en mi mal francés 'Sed non satiata' y le regalé una copia. Caminamos un poco hasta la enfermería, donde se encontraba su (ahora ex) amigo, pues ambos habían ayudado minutos antes a una señora que tropezó, cayó y se lastimó. El encuentro duró poco y ella me dijo que debía irse, así que caminamos un poco más y los tres nos despedimos. Más tarde, en compañía de algunos amigos con los que fui al antro cultural y recreativo conocido como 'El Tercio', ocurrió una experiencia desagradable que no mencionaré porque no lo deseo.

De ese día a la fecha ha transcurrido poco más de una semana... y los momentos juntos han continuado. Me ha regalado un chocolate, ha compartido su tiempo, su humor, sus risas, abrazos y clases 'perdidas'. No me siento culpable de fomentar su inasistencia aunque sí un poco de las constantes desveladas... pero ha valido la pena, lo vale. No sé porque pero a su lado siento algo, me siento bien y pienso frecuentemente en ella. El viernes pasado pasamos 4 horas juntos que transcurrieron demasiado rápido. Han sido de esos momentos en los que te sientes tan bien, donde compartes, donde dejas de ser y existes por ti, para ti y para alguien más. Quizá exagero pero no lo creo, en verdad que no. Trato de ser sincero y expresar lo que siento y pienso. No sé cuál sea la reacción que genere este escrito en ella, pero quería y debía hacerlo.



domingo, 10 de octubre de 2010

Elle

Ya la había visto. Algunas veces la observaba pasar por los pasillos donde tomamos clases, en los alrededores de la escuela e incluso una vez coincidimos en el metro. En la clase que estábamos juntos me ocupaba de no aburrirme ante la avalancha de conocimientos de la cultura clásica, de molestar a mis 'compinches' y pasarla bien con ellos: elaborar dibujos 'vulgares', pintarnos mutuamente, salir a comprar dulces y compartirlos, platicar de todo -incluso de la clase en la que nos encontrábamos- y, hasta a veces, poner atención y apuntar como bestias para aprobar el examen (estábamos de oyentes y deber una materia de segundo semestre no habla bien de uno). En esos momentos no pensaba mucho en ella, pero fue ahí donde me di cuenta que ella estudiaba historia, que vestía 'peculiarmente' y ya. En ese entonces no había más.

Algo en ella llamaba mi atención pero entre el desorden de mi mente, mis amigos, otras chicas que igualmente me interesaban -al menos en mi mente-, la presión de algunas materias y las inquietudes de cualquier persona, la idea de ella sólo aparecía cuando la veía pasar, ya fuera de cerca o de lejos. Es curiosa la manera en que ocurren las cosas, o tal vez es únicamente el empeño humano de intentar explicarse aquello que le ocurre y además, por si fuera poco, otorgarle una significación, un sentido, un continuo e ininterrumpido camino que no cesa de seguir. Somos 'fans' de las teleologías, ya sea el destino, la voluntad divina, el karma, el 'así debía ser u ocurrir'. Mis pensamientos y explicaciones intentan ser causales, aunque la causalidad tiene necesidad de una causa primera que me es imposible determinar... (Sí, lo sé, ya me perdí, lo acepto: fin de esta pequeña gran disgresión narrativa).

Volviendo a lo anterior, recuerdo mucho la vez que nos encontramos en el metro, o que coincidimos en el mismo vagón -quizá coincidir sea exagerar porque recuerdo, aunque me apena un poco escribirlo, la seguí para estar en el mismo vagón-. Nos encontrabamos a una hilera de asientos de distancia, recuerdo mi nerviosismo y enseguida el impulso de sacar un libro y -según- leerlo para 'aparentar'. Jajajaja. Sólo fueron dos estaciones y sentía el impulso de verla y saludarla antes de bajarme, si no habría perdido una gran oportunidad... y así fue. Me levanté del asiento cuando el metro ya entraba a la estación y únicamente pude voltear a verla. La observe, mis ojos se posaron sobre ella y justamente en ese instante ¡ella volteó¡ Nos vimos unos segundos, los suficentes como para que me apenara todavía más y mi nerviosismo creciera. No sé si por suerte o desgracia, el metro llegó al lugar indicado en el que abre las puertas del vagón y me abalancé literalmente a la salida y apuré mi andar hasta que llegué al transborde. Y eso fue todo... o al menos eso creía.

Recuerdo igualmente haberla visto caminar en los alrededores del edificio. Generalmente ella iba acompañada de otros chicos. Estaba seguro de que ella 'salía o estaba' con un chico, pues frecuentemente la veía con él. Asimismo recuerdo que se juntaba con una chica que también se vestía 'como ella' y eso me parecía gracioso. Bueno...¡a mí qué no me parece gracioso!

Más allá de los escasos encuentros casuales en el salón de clase, o el verla pasar a lo lejos, no poseía más recuerdos o ideas sobre ella. La vida proseguía su curso, las situaciones se multiplican y uno vive y olvida, entierra y desentierra ideas y emociones de acuerdo a las circunstancias. Así funcionamos, o al menos así lo hago yo. Debido a mi pena de acercarme a hablarle a personas desconocidas, sobre todo si son chicas que me gustan, interesan y/o atraen, pensé que las cosas no prosperarían. Digo, hay miles de ideas, proyectos y planes que uno anhela y al final quedan en el olvido, relegados por las circunstancias impuestas por nosotros mismos y el fluir de las cosas. Ésta parecía ser una de esas experiencias destinadas a desvanecerse en el limbo de todo aquello que podría haber ocurrido y no acaeció... ¡pero no fue así!



Continuará...

Sur moi, l'amour et l'amitié

Éste es el primer 'post' que haré en este blog y seguramente a nadie le importe más que a mí... y está bien. Todavía no sé cuál será la línea que seguirá esta página, por el momento contendrá desde una especie de 'diario', la manera de lograr escribir algo más que las tareas escolares, las tesis que pronto comenzaré, ideas y pensamientos que traigo adentro, así como cualquier otra cosa, cuestión, tema o tópico que se me ocurra. ¡Total, este blog es mío y para mí! 

Tras esta pequeña justificación que nadie pidió pero que quería expresar, comienza pues el primer intento de lograr que mis diarias horas en internet sean más productivas de lo que son (jajaja).

Y sí, comenzaré con lo que ha acontecido últimamente en mi vida. Tras comenzar éste mi noveno semestre de ocho en la carrera (sic), de estar a punto de terminar el requisito del francés y darme cuenta de lo complejo que es; adentrarme en los caminos de la tesis y comenzar a temerle en serio; experimentar una especie de distanciamiento de algunas amistades y personas queridas para mí; sentir cómo he dejado escapar tiempo valioso y quizá otras muchas cosas que no recuerdo o no quiero escribir aquí, me encuentro en uno de esos momentos en los que se supone que una persona debe decidir qué hacer consigo misma o algo así, aunque la mera verdad, sigo sin saber que será de mí, bastante tengo ya con el ahora y el aquí como para saber qué diablos ocurrirá después.

En uno de esos constantes momentos en los que parece que sólo observo un punto muerto en medio de la nada, con la mirada perdidad y los audífonos en los oídos, escuchando alguna larga melodía que me gusta mientras me consumo un poco más entre el humo del cigarro, llega de pronto una marea de pensamiento que me golpea, me envuelve y no me abandona, al menos hasta que algún acontecimiento, persona o algo, me recuerde que estoy en la escuela, en la explanada del A-8 y que debo, de alguna manera, dejar de pensar tanto y actuar.

Una de las cosas que desde la adolescencia se ha convertido en una obsesión y/o trauma, fijación o necesidad, es la cuestión del 'amor' o eso que suele llamarse así. Supongo que por influencia del ambiente en el que me he desarrollado, la idea que me he creado de dicha cosa ha sido, quizá, demasiado romántica, idealizada, engañosa o superficial y en últimos tiempos, demasiado 'racional' (tal vez ahí radique una de las razones de tantos y tantas malentendidos frustraciones).

Además de lo penoso que siempre he sido, de los complejos que no he enfrentado y de no sé qué más razones, yo siempre he considerado que 'eso del amor y las relaciones afectivas/emocionales no es lo mío' (me cito de memoria y no me importa lo patético que pueda sonar dicha idea, más bien leerse, puesto que al menos ya he dudado de ella y he comenzado a cuestionarla y modificarla). Lo más seguro es que sólo haya sido mi mala disposicipon, mi ignorancia (tanto de mí como de los otros), como el simple transcurrir de las circunstancias, lo que me haya hecho pensar que 'tenía mala suerte'. ¡Patrañas, excusas, justificaciones! Es mucho más sencillo siempre culpar a algún factor externo, persona o circunstancia de lo que nos ocurre, pero no, no más, ¡no más!

He aprendido, o quizá comenzado a hacerlo, a conocerme a mí mismo, mi actuar, mis conductas recurrentes, mis idealizaciones, mis prejuicios, mis errores... He causado daño, lo sé, con intención o sin darme cuenta. Quizá el desconocimiento de nosotros sea una de las mayores causas de dolor y sufrimiento. Me vienen a la mente las palabras de un inventor quien decía que los errores no existían, más bien él había encontrado numerosas maneras de no lograr su objetivo, aunque había logrado otros (entre éstos quemarse las manos y descomponer muchísimos aparatos, jajaja). Seguramente en la vida real, dichas maneras de no lograr nuestros objetivos no nos generan tantas carcajadas como la imagen del inventor quemándose; todo lo contrario. Pero que sería de la vida sin todas y cada una de las aristas que la conforman, cada una necesaria para poder experimentarla, disfrutarla o sufrirla y poder compararla con su (cuasi) opuesta o contraria. Pues como dice la canción de Skalariak: "...sin la tristeza en esta vida las alegrías no tendrían valor...".

También deseo hablar un poco de la amistad, pues últimamente me han ocurrido experiencias insospechadas. Entre éstas, las que me han causado un poco desasosiego son aquellas en las que amigos que yo consideraba especiales, de ésos que cuentas con los dedos de la mano, se han alejado un poco: ya no nos hablamos ni vemos como antes, ni nos contamos o hacemos lo que tanto nos gustaba. Y esto no ha sido unilateral sino de ambos lados. Acepto que he descuidado un poco estas relaciones y la sensación de no contar o estar con estos seres querido ha sido un poco desconcertante. Aunque asimismo me ha servido para valorar a mis amigos y comprobar la solidez de los lazos que nos unen.

Por otra parte, en la FES he encontrado el cariño de 3 grandes personas que sin pensarlo, se convirtieron en pilares. Ellas me han escuchado, aconsejado, aguantado, comprendido y sobre todo ayudado. Y miren que soy una persona 'complicada' y un poco molesta, lo sé y admito. Me burlo en situaciones que no son las más apropiadas (y en general me río de mí y de casi todo), molesto y critico a medio mundo, rara vez me parece algo y demás detalles mios que quizá los que me conozcan se sepan de memoria. Pero independientemente de eso, y hasta me ha sorprendido, ha habido y hay muchas personas -hasta una maestra- que me han brindado su apoyo y alegría: con éstos platico, río, convivo, aprendo y paso muy agradables momentos. A todos ellos un gran y sincero agradecimiento. ¡Y qué decir de mis amigos de FFyL y el de la ENAH! He conocido allí a personas de ésas que son difíciles de hallar, que me han aguantado, comprendido, querido, estimado, escuchado y demás. ¡No sé qué haría sin todos estos seres que forman parte de mí! Je suis très remercié avec vous! 

Y prosigo con otra gran disgregación acerca de mí ahora, domingo 10 de octubre a las 3:56 am, momento y hora en que escribo esto. Para mí, si no estás bien contigo mismo, es muy difícil que logres estar bien con los demás y el mundo. Sé que todavía no logro ese estado de 'plenitud' que he buscado desde hace años, pero poco a poco, creo irme acercando a él. A veces se retrocede un poco (o mucho, depende), otras se avanza a pasos agigantados o pequeños; el chiste es que uno no permanece estático. Heráclito tenía razón: todo fluye, fluimos, nos transformamos. Por eso ante una de las preguntas más socorridas (¿qué haces?) respondo certeramente: devengo. Poco a poco vamos construyéndonos, depende de nosotros, los demás y nuestro entorno.

Bueno, creo que. como me ocurre frecuentemente, hablo de todo y de nada, mis constantes disgresiones y la maraña que conforma mis pensamientos debe ser organizada y moldeada, debe surgir un orden y éste es uno de los motivos de haber creado un blog. Así que cualquier persona (si es que llega a haber alguna que lea esto y le interese o llame la atención) que guste opinar, hágalo. Jajajaja. Muero ya de sueño y estas frecuentes desveladas, pese a todo lo bueno que conllevan, hacen estragos...

Y por si lo han notado, sí, soy un traumado del francés; incluré referencias a grupos musicales, autores y obras que no conozcan, no les gusten o les den igual. NO ME IMPORTA. Ya, de nuevo creo que divago sin un fin determinado, y tienen razón quienes han revisado mi proyecto de tesis: ¡deja de justificarte! Y sí, lo haré, llevo trabajando en eso desde que me lo mencionaron, así que no esperen más de esta mala verborrea autojustificativa. Sé lo que escribo y por qué lo hago; sólo espero que las futuras entradas sean un poco más interesantes, tanto para mí como para los (ahora y seguro después será igual) inexistentes lectores.

À bientôt!